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Guerra en el granero de Europa y los graneros españoles, silos, llamados las catedrales del campo, abandonados y en desuso

La situación en Ucrania se suma a la suspensión de la exportación de fertilizantes por parte de China o las consecuencias del cambio climático

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Vista panorámica de El Silo de Padul que una vez remodelado tendrá un uso turístico y cultural

Los incrementos de los costes de producción agravan la economía del sector agrícola junto a un riesgo de desabastecimiento de cereales que pone en jaque al sector ganadero afectando todo ello al consumidor final. La guerra que se está librando en Ucrania ha empeorado más si cabe la economía del agricultor y ganadero.

Pero el problema viene de atrás, el pasado año, por primavera, China comenzaba a recuperarse del impacto de la pandemia del Covid-19, a la vez que a abastecerse de materias primas. Llegó el verano y lo que se presagiaba que iba a ser un problema momentáneo comenzaba a agravarse, ya que China suspendió la exportación de fertilizantes, importante productora de abonos nitrogenados, concretamente urea y fosfatos con el objetivo de un autoabastecimiento del mercado interno. 

Con un coste de materias primas elevado y el alza en los costes de producción por el gasto energético, las plantas de producción de fertilizantes empezaron a realizar paradas de producción y cierre de sus fábricas, como es el caso de la española Fertiberia. Si ya el agricultor comenzaba el año con unos costes de fertilizantes elevados, llegó el enfrentamiento bélico de Rusia y Ucrania para empeorar más la economía agraria y ganadera, ya que Rusia es el principal exportador de abonos a nivel mundial.

El coste actual de los fertilizantes se ha duplicado e incluso triplicado con respecto al pasado año, afectando ya a los fertilizantes ricos en potasio, no solo a los nitrogenados o fosfatos. Rusia también es el primer país en exportaciones de trigo, mientras que Ucrania suministra el 35% de todos los cereales que entran en la Unión Europea, destacando el maíz y el girasol, recibiendo España el 65% del aceite de girasol consumido. 

La guerra ha ocasionado un incremento de los precios de los cereales en un 40%, insostenible en la economía del ganadero estos incrementos en los precios de la alimentación animal.

España es deficitaria en el comercio de cereales, y desde que entró en la Unión Europea los organismos que se encargaban de ordenar la producción y regulación de los precios de cereales desaparecieron. El Servicio Nacional del Trigo, posteriormente Servicio Nacional de Cereales, y por último Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA) se encargaban de gestionar y mantener una red de silos en España que servían de almacenamiento y regulación del precio de los cereales, la gran mayoría de los más de 600 que se construyeron, están en desuso. El más cercano lo tenemos en Padul. Esta situación, junto al cambio climático, con elevados periodos de sequía como el que acabamos de pasar, ponen en riesgo el sector agrícola y ganadero. 

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