Samara González Bedoya tiene claro algo que nadie deberíamos olvidar nunca, y es que la belleza no se mide por el peso, hacerlo es simplificar demasiado y dejarse llevar por los cánones establecidos que suelen ser, casi siempre, demasiado estrechos y artificiales.
Esta paduleña de 33 años, casada y madre de dos hijos pequeños ha demostrado que a veces las curvas son el camino más recto para conseguir el objetivo marcado.
Samara acaba de proclamarse “Miss Curvys Granada” una experiencia a la que le animó a presentarse su marido “vi la publicidad en las redes sociales y me dije, ¿por qué no?, desde ese momento he contado con el apoyo y la complicidad de mi marido y la verdad es que ha sido una experiencia increíble”, asegura la flamante Miss Curvys 2021.
El certamen, que tuvo lugar el pasado domingo en Dílar, se inició en diciembre de 2019 y ha tenido que posponerse hasta este verano para poder realizarse presencialmente. Tal y como explica Samara su participación en el evento le ha supuesto una experiencia que le ha servido para mucho “es muy importante el compañerismo y los lazos que se crean entre todas las participantes, pero sobre todo se trata de demostrarse a una misma que la belleza no depende del peso, de atreverse, de valorarse y de romper los estereotipos que nos quieren vender las redes sociales y los medios de comunicación”, afirma Samara quien asegura que su autoestima se ha visto reforzada y que quiere lanzar un mensaje a la gente que tenga unos kilitos de más “hay que vestir como se quiera, sin complejos ni vergüenza, hay que sacarse partido y gustarse como persona ante todo y sobre todo”
Ahora lo que toca es mirar hacia adelante con la vista puesta en el certamen a nivel nacional que se celebrará el próximo mes de noviembre en Motril y en el que la joven paduleña representará con todo el orgullo y la ilusión a la provincia de Granada, “me encantaría poder representar a mi pueblo y a mi provincia también en el certamen nacional y por supuesto a nivel internacional”, algo que está completamente en su mano ya que, como se ha demostrado, los sueños están para cumplirse.