Hoy,15 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Mujer Rural, una fecha importantísima para todas las mujeres rurales, ya que son más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra del planeta. Ellas tienen el gran reto de garantizar la supervivencia de nuestros pueblos, asegurar que sus habitantes vivan en condiciones dignas, conseguir la preservación y conservación de los espacios naturales y por tanto de nuestro patrimonio histórico y cultural. En este Día Internacional de la Mujer Rural tenemos que reconocer y visibilizar el rol vital que desempeñan como mujeres de los pueblos.
El Padul, un pueblo que vivió muchos años de la agricultura y que sirvió de sustento económico para muchas familias paduleñas, donde se sembraba arroz, remolacha y mucha diversidad de cosechas. Actualmente, según los últimos datos en El Padul la superficie dedicada a cultivos herbáceos es de 517 Hectáreas, siendo su principal cultivo tanto de regadío como de secano la cebada y superficie de cultivos leñosos de 1.752 Hectáreas, siendo el principal cultivo leñoso de regadío el olivar y de secano el almendro.
La mujer siempre ha sido una pieza fundamental en el campo y por ello queremos destacar a dos paduleñas que han destacado en su vida laboral en el campo. Aprovechando la efeméride que se celebra hoy queremos homenajear a todas las mujeres rurales a través de la figura de Ángeles Jiménez Parejo “La Jerrá” y Carmen Santiago Morales
Ángeles Jiménez Parejo “La Jerrá”, nació el 10-9-1942, hija de Ana y Manuel, siendo la hija menor de 10 hermanos. Sus padres se criaron en los cortijos de pastores y se dedicaron toda su vida al campo. Ángeles desde muy pequeña trabajó siempre ayudando en la casa, en el campo y sirviendo en una casa de ricos en Granada, cuando aún ni alcanzaba a fregar, ya que no tuvo la posibilidad de poder estudiar. Se casó en el año 1964 con Antonio García Sola “El Rapao” y desde el año 1978 empezaron a trabajar en la vendimia en Francia, donde su marido ejerció como encargado para buscar a trabajadores, llegando a llevar en esos años entre 20-25 personas. Al fallecer su esposo el 31-8-1996 Ángeles se quedó como encargada hasta el año 2018, que tuvo que dejar por su salud a sus 76 años. Además de hacer la labor del campo en la vendimia, era la que preparaba la comida para todos, que en los últimos años llegaban a ser hasta casi 40 personas. Además de la vendimia en Francia, también estuvo muchos años en la aceituna en varios cortijos como “Cortijo La Fabriquilla” (Albolote), “Cortijo Arenales” (Albolote), “Cortijo La Parra” (Granada), “Cortijo Los Ángeles” (Granada), en Jaén, etc. Y como en esos tiempos, la mujer además de trabajar en el campo, al llegar a casa seguía con las labores del hogar, limpieza, lavar a mano, ir a por agua, el cuidado de sus 4 hijos, Ángeles además tiene 8 nietos y 7 biznietos. Ángeles fue una mujer que dio mucho trabajo a gente del pueblo en la vendimia en Francia, una mujer solidaria, de buen corazón y muy muy trabajadora.
Carmen Santiago Morales, nació el 15-01-1934, hija de Juan y Carmen, siendo la segunda de sus 6 hermanos. Carmen comenzó a trabajar a la edad de 7 años, sirviendo en casas del pueblo y en Granada, ella recuerda ir a limpiar sin ni siquiera un calzado y en ocasiones trabajaba una jornada laboral por un trozo de pan.
A sus 20 años se casó con Salvador Martín Cordovilla y su viaje de novios fue comenzar a trabajar en la aceituna, durmiendo en colchones de paja en el suelo. Desde esa edad alternaba la aceituna con diferentes labores del campo, siempre junto a su marido, sembrando hortalizas y verduras como lechugas, acelgas, espinacas, apio, puerros, coles, tomates, papas, etc, hasta lino y lentejas. Carmen realizaba todas las labores del campo: realización de surcos, siembra, plantaciones, segar, escardar, preparaba los planteros y semilleros, recogida del producto… Además, ella misma los vendía directamente, comenzando en las 4 esquinas y posteriormente en el Mercado de Abastos. Carmen ha trabajado hasta la edad de 85 años, ya que tuvo que dejarlo por sus dos operaciones en las caderas. Como ella dice “donde quiero estar es trabajando, esa es mi pena” y también afirma “que nunca le ha dolió ni un pelo”. Además de toda una vida entera dedicada al campo, como todas las mujeres de esos años llevaba las labores del hogar y sacar adelante a sus 3 hijos, que le han dado 8 nietos y una biznieta.