Chad Harper es un rapero humanitario, un súper héroe de la palabra que sobrevuela el mundo con el hip hop como súper poder a favor de los derechos humanos y las causas justas.
Harper es el creador de la ONG “Hip Hop saves lives” (el hip hop salva vidas) con la que desarrolla una labor educativa cuyo objetivo es dar voz a las inquietudes de los niños y las niñas a lo largo y ancho del mundo.
Este neoyorkino de Brooklyn de mirada sincera y sonrisa contagiosa comenzó su labor en los barrios, en las escuelas y en las cárceles de su ciudad donde escribía canciones en las que los protagonistas eran “héroes locales” que destacaban por su humanidad y empatía con el resto de sus vecinos.
Fue en 2006, colaborando con una ONG que potabilizaba agua en África, cuando se le ocurrió contar a través de una canción cuales eran los problemas a los que se enfrentaban y la labor que desarrollaban. El resultado fue tema “Si todo el mundo importa”, una canción alrededor de la cual organizó un evento para recaudar dinero para su causa. El tema, que se convirtió en un gran hit, le ayudó a descubrir cuál era su verdadera vocación “me di cuenta de que siendo rapero humanitario tenía más repercusión que siendo un rapero comercial, ganaba menos dinero pero tenía más oportunidades para ayudar a los demás, así que cambió mi objetivo y comencé a usar mi creatividad para hablar de cosas que importan y de temas que preocupan”, asegura Chad.
Desde que en 2012 creara su ONG “Hip Hop saves lives” ha recorrido más de una docena de países desarrollando su proyecto en escuelas y centros educativos. Haití, Jamaica, Brasil, Nicaragua, Liberia, Gana, Uganda, Kenia, Alemania o Suecia son algunos de los lugares donde ha trabajado con la creatividad de los escolares, transformando en canciones de hip hop los temas que les preocupan. “Aunque las circunstancias de los niños y niñas en cada país sean diferentes todos tienen en común la manera en que responden al proyecto, el entusiasmo con el que trabajan y su amor a la música”, explica.
Y esa labor es precisamente la que, desde el pasado miércoles, está llevando en el Colegio de la Cruz de Dúrcal de la mano del profesor de música del centro, Modesto Haro junto a la productora musical Dominique Levack.
Chad está componiendo junto a una treintena de niños y niñas de quinto curso un tema de hip hop y un videoclip en el que reflexiona acerca de los derechos y dificultades de adaptación de los niños inmigrantes que llegan a un nuevo país y a un nuevo colegio bajo el título «Free to fly» (libre para volar).
Paralelamente, Harper también desarrolla su carrera musical componiendo y grabando nuevos temas. En diciembre verá la luz su último álbum “I’m Black American” encaminado a dar a conocer la existencia de personas negras en Norteamérica. El álbum integrado dentro del proyecto “Soy negro americano” y va dirigido a estudiantes norteamericanos con el objetivo de que creen contenido basado en el estado en el que viven y lo expresen a través de diferentes medios artísticos en su web.