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Margarita Quesada convierte la Placeta de Padilla en uno de los lugares más visitados de Albuñuelas

Esta vecina ha decorado y adornado este lugar con objetos centenarios y macetas de muchas clases para convertir este trocito de la comarca del Valle de Lecrín en uno de los sitios más mimados y preciosos de la comarca granadina

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Flores, historia y mucho arte. La Placeta de Palmilla de Albuñuelas se ha convertido en uno de los lugares más visitados de este interesante municipio perteneciente a la comarca del Valle de Lecrín. Margarita Quesada Anguita residente en este lugar ha embellecido y decorado la Placeta de Palmilla a las mil maravillas después de que el Ayuntamiento, presidido por José Díaz Alcántara, acondicionara el lugar. “Yo vivo sola en la Placeta de Palmilla porque mis padres y otras personas que residían en este sitio se han ido muriendo. Entonces, al ver el lugar tan desamparado me propuse ponerlo en valor y vistoso y para ello coloqué una tinaja centenaria, lebrillos lañados, una colección de cántaros de la leche y de aceite de año de María Castaña, orzas, macetas de muchas clases, sillas con asientos de anea, una jaula con un canario que canta muchísimo y que me lo regaló mi nieto Antonio, un banco para sentarse, etcétera. En la Placeta de Palmilla también existe un tinao morisco que también he embellecido. Mucha gente se acerca a ver la Placeta de Palmilla y me felicita por tenerla tan preciosa y tan vistosa», indicó esta vecina de Albuñuelas.

También Margarita Quesada ha convertido su centenaria vivienda en una especie de museo. “A mi me gusta conservar lo antiguo para revivir cuando vivía con mis padres. Me gusta todo lo antiguo. Poseo cuadros con más de un siglo de vida. En mi vivienda residió un familiar mío, Pilar ‘La Manita, que falleció a los 103 años de edad y todo lo que tenía lo guardo como un tesoro. Y como la casa de Pilar la pusieron en venta y nosotros vivíamos al lado, mi padre la compró y yo fui pagándole poco a poco lo que le había costado. En mí morada también existe un aparato de radio de los primeros que se comercializaron, platos que pertenecieron a mi abuela Carmen que los guardo como oro en paño, alacenas con piezas de cristal con 200 años de vida, mesas, recuerdos y más recuerdos que guardo con mucho cariño y que el día que yo falte serán para mis hijos y nietos. Yo soy fanática de lo antiguo. Me encanta contemplar las vigas de madera de mi casa. Mi perra ‘Chanet’, de 3 años, me hace compañía y es muy buena con la gente que visita la Placeta de Padilla”, terminó diciendo.

Albuñuelas es un pueblo fantástico. De punta a rabo hay un gran trecho. En este trocito del sur de Andalucía el tiempo ha parecido detenerse. Es un placer caminar sin rumbo y perderse por sus callejuelas y admirar los pequeños detalles que dan forma a la esencia de este bendito lugar. Esta localidad se encuentra a 738 metros de altitud sobre el nivel del mar. Posee tres barrios: Alto, Bajo y La Loma. En 1884 sufrió muchos daños cuando se produjo un terremoto con epicentro en Arenas del Rey. Es interesante conocer la iglesia de El Salvador, la Torre de Bayo, el Nacimiento del Cañuelo, el antiguo lavadero público todavía en activo, el Río Santo con sus cuevas milenarias, la ermita de San Sebastián en el Barrio Bajo, los molinos de agua, la sierra de Albuñuelas, etcétera. En este pueblo existen tres tahonas. Algunos de sus típicos platos son el puchero de hinojos, el remojón de naranjas del terruño, el arroz y las migas con engañifa. Cuando uno entra en este pueblo llama mucho la atención la fachada muy bien decorada de una tienda que anuncia frutas y verduras.

En agosto Albuñuelas celebra sus fiestas. Se procesionan las imágenes de las Virgen de las Angustias, San Sebastián y la Virgen Niña. Albuñuelas también puede presumir de tener a uno de los mejores cocineros de Andalucía, Antonio Conejero, chef de cocina que fue del famoso restaurante del Hotel Nazaríes de Granada. Él ha defendido lugares muy célebres de Ibiza y Mallorca. Ahora trabaja en Granada capital con mucho éxito. En Albuñuelas nació el día 2 de enero de 1947 el escritor y catedrático José Heredia Maya, fallecido en 2010. Su padre, José, era tratante de género y vestía muy bien. Su madre se llamaba Cándida y era una mujer muy buena y bondadosa. José Heredia Maya se destacó de pequeño por ser uno de los niños más listos y aplicados de la clase, y eso, con la ayuda del sacerdote del pueblo y otras personas le hizo seguir ampliando sus estudios en Granada capital. También, en varias ocasiones Manolo Escobar y algunos de sus músicos visitó Albuñuelas para saludar a su amigo el panadero Manolo Fajardo, más conocido por ‘Manolo Escobar el de Albuñuelas’.

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