Pablo Perea lleva practicando deporte desde que tiene uso de razón, hecho que achaca a razones genéticas y a su entorno familiar, integrado por grandes referentes del deporte en el Valle de Lecrín.
Una lesión lo sentó en el banquillo donde lleva 24 años conduciendo equipos casi siempre femeninos una experiencia que define como muy enriquecedora. Ahora asume el reto de dirigir el proyecto femenino de Fundación Balonmano Granada, una nueva etapa en la que seguirá ligado al BM Padul al que define como «mi creación, mi casa, mi club del alma».
¿A qué edad empezaste a hacer deporte?
Prácticamente desde que tengo uso de razón, mis primeros recuerdos son jugando en la puerta de mi casa de Murchas y en los veranos en el barrio de la calle Horno de Padul. Creo que tanto a nivel genético, como mi entorno familiar me ha propiciado mi afición por el deporte. Mi padre siempre ha sido un gran amante del balonmano, así como mi tío Paco y mi tío Isi. Todos han sido referentes del deporte en el Valle Lecrín.
¿Cuáles practicaste en tus comienzos?
Me gustaba hasta a jugar a las canicas, he practicado casi todo absolutamente todos, recuerdo que hacíamos carreras a la manzana en la calle Horno, también participaba en el campo a través y en los juegos provinciales que se organizaban en el Valle donde jugábamos a fútbol, balonmano, baloncesto y voleibol. También he jugado al ajedrez y bádminton. Los únicos deportes que no he practicado han sido los relacionados con el motor, porque soy un poco miedica al respecto de la velocidad, ni tampoco los de aire. En el agua también he hecho canoa y windsurf. Te diría que son muy pocos los deportes que se me han escapado.
¿Cuándo decidiste que era el balonmano?
En la década de los 80 mi padre entrenaba en Talará a un equipo femenino de balonmano que se clasificó para la final de Andalucía, recuerdo que fuimos a Marbella, yo tendría cinco años y mi función en ese campeonato fue ser el peluche y la mascota de las jugadoras. (ríe)
Estando en quinto de primaria mi tío Isi decidió sacar un equipo en Lecrín y estuvimos jugando tres años en liga comarcal de la que solíamos ser campeones por lo que luego íbamos a los juegos provinciales. Cuando me mudé a Padul me entrenaban Valero y Puri.
Con dieciocho años practicaba fútbol y balonmano y cuando entré en la facultad de INFEF me gustó muchísimo la asignatura de balonmano. Fue ahí, cuando comencé mis estudios animado por mi profesor Luis Javier Chirosa, cuando definitivamente me decidí por el balonmano cuando. En este tiempo estuve solo un par de temporadas jugando a balonmano porque me lesioné y colgué definitivamente las botas.
¿Cuál fue tu experiencia y trayectoria como jugador?
Desde los once hasta los veintiún años jugando en el equipo del pueblo. En juvenil di el salto a la categoría federada y estuve jugando en segunda división nacional dos temporadas hasta que la lesión me hizo decidirme decantarme por los banquillos como entrenador, aunque ya llevaba un tiempo echando una mano en ese sentido a los equipos que llevaba Puri en Padul.
¿Cuándo te decantas por el perfil de entrenador?
Fue la lesión la que me hizo decidirme a entrenar, me gustaba mucho enseñar supongo que por el referente de mi padre y mis tíos como docentes y entrenadores. Con 15 años Puri me dejó al frente del equipo cadete en un partido Órgiva y me gustó mucho esa sensación de dirigir, de enseñar de corregir e intentar que las chicas lo hicieran lo mejor posible.
Una vez en la facultad los hermanos Avilés pusieron en marcha equipos federados en Padul y me dieron la oportunidad de poder llevar a un equipo infantil. Fue mi primera generación de jugadoras allá por el 1998 y va voy a cumplir ya 24 temporadas entrenando. Solo paré de entrenar el año que estuve preparándome las oposiciones, esa temporada entré en la junta directiva del club que fundó mi padre, junto con otros padres, en el año 2002 en Padul, echando una mano a los entrenadores que había en el club y quitándome el “monillo” cada vez que qué podía.
¿Siempre equipos femeninos?
Prácticamente sí, se me dio esa oportunidad con 15 años y la estructura del balonmano de Padul me ha brindado la oportunidad de entrenar a chicas. También he entrenado a algún equipo de chicos tanto en alevín como en como infantil. En Maracena entrené a un equipo de división de honor juvenil masculino. Aunque el deporte es el mismo evidentemente, el trato es diferente. Diría que ha sido el azar el que me ha hecho irme especializando al respecto, pero sin ningún problema entrenaría a un equipo masculino.
¿Qué te ha aportado hasta ahora la experiencia de entrenar a equipos femeninos?
Me ha portado bastante paciencia, mucha alegría y mucha afectividad, pero sobre todo mucha autorreflexión y autocrítica cuando no he sido capaz a lo mejor te llegar a una jugadora o a un grupo de jugadoras. La psicología es el factor más importante junto con la empatía y los aspectos emocional y psicológico volitivo a nivel técnico.
¿Cómo has afrontado estar al frente del equipo nacional juvenil femenino?
El defender los colores de la bandera de tu país creo que es el sueño de cualquier deportista, ya sea jugador, entrenador o directivo. Se me pone el vello de punta siempre que escucho el himno y como decía nuestro rey Emérito pues me llena de orgullo y de satisfacción.
El momento en el que nos encontramos es emocionante, estamos preparando un mundial con el equipo nacional juvenil femenino que se va a celebrar entre el 30 de julio y el 10 de agosto. No puedo estar nada más contento y más y más ilusionado.

¿Siempre lo has combinado con tu responsabilidad en el CB Padul?
Sí el CB Padul es mi creación, mi casa, es mi club del alma. Siempre he estado ahí, desde los comienzos en los 80 con Puri y Valero, la etapa de los hermanos Avilés, la creación del club en el 2002 y durante mi etapa como concejal creo que traté al balonmano como se merecía.
Actualmente ha evolucionado el estado del asociacionismo deportivo, contamos con un gran apoyo por parte del Ayuntamiento de Padul, pero gestionamos nosotros. Quiero destacar la figura de Cristina, es muy reconfortante ver como antiguos jugadores del club estén acompañándome en las labores directivas, junto con Ángela, María Luisa o Eliseo. Es mi creación, mi familia, mi esencia, mi todo.
¿Cómo encaras la nueva etapa como entrenador del Fundación Balonmano Granada femenino?
Muy ilusionado yo me tengo que reconocer muy de Padul, muy de Granada muy de Andalucía y muy España. Creo que el balonmano en Granada se merece realmente un proyecto en condiciones que, en este caso, va a ir de la mano de la Fundación Balonmano Granada. Me siento muy halagado de que me hayan elegido a mí como como encargado para llevar a cabo el proyecto femenino.
Ahora estamos en los inicios ya que ha sido algo muy rápido que se ha forjado en un par de meses. El proyecto tiene muy buena pinta, aunque el Balonmano en Granada no esté atravesando su mejor momento. Tuvimos muy buenos momentos en los 80 y en los 90, en el nuevo siglo fue decayendo todo un poco. A ver si somos capaces de poner nuevamente en el candelero a nuestra provincia que tiene gran potencialidad con nuestro entorno y con la Universidad.
¿En qué se va a traducir el acuerdo alcanzado con la Fundación para que el Juvenil de BM Padul sea su equipo filial?
Fue la única y primera condición que puse para encabezar el proyecto de Fundación Granada. Se necesitaba una base y esa base va a ser el equipo juvenil femenino de Padul que yo también voy a entrenar. Quiero que sea el eslabón de la base a la élite para todas las peques que vienen detrás. Creo que es importante para la salud general tanto de un proyecto como el de Balonmano Padul y de una sociedad como la de nuestro pueblo.

Pablo Perea es entrenador Nacional y cuenta con el Máster Coach EHF. Además, ha sido seleccionador andaluz infantil femenino entre 2006 y 2009, con el que logró una medalla de oro y dos platas. Entre 2010 y 2015 fue el seleccionador andaluz cadete femenino con un bagaje de una medalla de plata y un bronce. Posteriormente, entre 2016 y 2019 se hizo cargo de la Selección Nacional Promesas Femenina y a continuación (2019-2022) fue seleccionador nacional juvenil del cuadro femenino 2019-2022 con el que se proclamó campeón del Torneo Scandiberico y de la Copa de las Naciones.
