Hace unos días preparando este artículo sobre la fotografía nocturna de las estrellas, me encontré con un interesante contenido sobre este tema. El título decía: “La ciencia confirma que el 97% de nuestro cuerpo está constituido por polvo de estrellas”.
Ahora entiendo, como desde pequeño, me ha cautivado tanto la idea de contemplar las estrellas con los antiguos prismáticos de mi padre y posteriormente, intentar capturarlas con el objetivo y tiempo de obturación de mi cámara. Realmente, en esos momentos no disfrutaba con la idea de capturar una imagen espectacular para sorprender a mis amigos, sino que estaba ante el espejo de mí mismo ¡increíble!. En realidad, lo que estaba haciendo era construir un autorretrato, diseminado en millones de puntos de luz.
Pensar que estamos hechos de polvo de estrellas es romántico y poético a la vez y en cierta manera, es lo que uno siente al estar junto a ellas en la noche.
La fotografía nocturna de estrellas de esta manera, se convierte en un ejercicio de introspección donde el fotógrafo busca acariciarlas, acercándolas con su objetivo y finalmente capturarlas en una imagen.
Si después de leer este artículo, quieres empezar a fotografiar las estrellas, te hará falta un mínimo de equipo fotográfico. Cámara, objetivo gran angular, trípode, disparador externo, luz frontal, silla de playa y porqué no, unas cervezas bien frías.
Será importante elegir la noche y la localización, un lugar con poca contaminación lumínica y con algún elemento interesante que nos sirva de primer plano para contar nuestra historia.
Ahora te invito a que reflexiones sobre las palabras de Carl Sagan «El cosmos está también dentro de nosotros. Estamos hechos de la misma sustancia que las estrellas».
¡Seguro que cuando salgas con tu cámara por la noche todo será diferente!