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Sobre la gestión del agua y la nueva embotelladora, un nuevo peligro acecha al Valle de Lecrín

Artículo de Juan Salvador Juan Salvador Santiago. Licenciado en Biología. Máster en conservación, gestión y restauración de la biodiversidad.

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Laguna Padul Marzo 2014

Recientemente he sabido de un nuevo plan en nuestra querida comarca. Concretamente el PROYECTO DE PLANTA DE EMBOTELLADO DE AGUA MINERAL NATURAL que la empresa AGUAS BELLAVISTA S.L. pretende realizar en el término municipal de Villamena, muy cerca también del término municipal del Padul, en el paraje conocido como «Cijancos», cuyo fin es extraer agua del subsuelo para su embotellamiento y venta.

     Sería una irresponsabilidad por parte del ayuntamiento de Villamena conceder la licencia de obras para la construcción de dicho proyecto, y por parte de la administración competente, en este caso la Delegación Territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la provincia de Granada, conceder esta concesión de aguas para este fin.

     Esta zona, en concreto, es vulnerable por su cercanía con el Parque Natural de Sierra Nevada, y más aún, teniendo en cuenta que alberga un humedal de gran valor ecológico e importancia por su biodiversidad ligada al agua, como es el Humedal y Turberas del Padul, lo que podría afectarle directamente. Además, muy cerca se encuentra un manantial centenario de gran valor cultural, ambiental y como fuente de agua, tal y como es el Nacimiento de la Fuente de los Molinos o Fuente del Mal Nombre.

     Por otro lado, es una zona de cultivos que proporcionan alimentos y productos de primera necesidad a la zona, suponiendo un problema grave para los sectores de la ganadería y agricultura locales, ya que requieren este preciado recurso que es el agua, para sus actividades productivas.

     Lo más preocupante es que el acuífero podría verse en riesgo porque la cantidad a extraer como puede verse en el proyecto (caudal continúo 8 l/s; caudal anual 252.288 m3/año) supone un gran volumen anual, sobre todo, teniendo en cuenta el contexto actual de sequía y cambio climático en el que nos encontramos. La ciencia advierte claramente de este último problema y de cómo puede alargarse e incluso incrementarse con el tiempo. Por eso es vital hacer un consumo y gestión del agua totalmente inteligente, responsable y sostenible, y en este caso, no lo sería, sino al contrario.

     El primer paso que deberíamos dar, es preguntar al ayuntamiento de Villamena cuál es su propósito con respecto a este proyecto, y si está dispuesto a conceder la licencia de obras. Y sí es así, exigir enérgicamente que NO LA CONCEDA, pues es un tema de vital importancia y debemos dejar claro a nuestros políticos que el AGUA NO SE TOCA. Este paso sería el más lógico y sencillo, pues dejar el tema en manos de la Delegación Territorial es siempre más complicado y está más alejada, cuando lo más cercano que tenemos en este caso son los propios ayuntamientos. Recordemos que en mayo se celebran elecciones municipales y nuestros políticos se juegan mucho, por ellos sería un desacierto no atender esta cuestión.

     Insto a todos los grupos políticos y ciudadanos y ciudadanas de la Comarca del Valle de Lecrín a UNIRSE, y hacer entender que este proyecto no se va a llevar a cabo, ni ningún otro que amenace a la zona y los valiosos bienes que contiene. Si hace falta movilizarse frente al ayuntamiento de Villamena o cualquier otro que pretenda algo similar, y frente a la Delegación Territorial, e incluso llegar al Parlamento de Andalucía si fuese necesario. La unión hace la fuerza, y no podemos permitir que intereses particulares o privados y lobbies económicos expolien nuestros recursos, y en este caso lo más valioso: El AGUA.

     Uno de los maltratos continuados que sufre el agua en nuestra comarca es el vertido de aguas residuales sin depurar directamente a los ríos o su tratamiento incompleto. Esta es una de las principales causas de contaminación tanto de aguas superficiales como de los acuíferos en Andalucía. Recordemos que La Directiva Marco Europea del Agua (DMA), obliga a que cada municipio trate sus aguas residuales y estas no lleguen a afectar a los ríos. Hoy día aún existe un incumplimiento de esta directiva, por lo que España está pagando importantes sumas debido a las sanciones de la Unión Europea.

     Otro problema reciente y relacionado, atañe a la restauración hidrológica llevada a cabo en el río Dúrcal, justo en el tramo que atraviesa la zona de los Baños de Urquizar, donde se ha arrasado con toda la ribera del río y su bosque de galería, con el objetivo de eliminar la caña común (Arundo donax), y de camino aprovechar para crear un sendero de uso público y atraer turismo a la zona. Esta intervención ha sido demasiado agresiva, implicando la realización de carriles para la entrada de maquinaria pesada, rompiendo por completo la continuidad del río.Aunque lo peor está por llegar, pues en la siguiente fase se pretende usar glifosato, ya que la caña no ha sido totalmente eliminada y ha vuelto a rebrotar.El uso del potente herbicida de amplio espectro en la zona sería terrible, poniendo en peligro todo el ecosistema, yendo a parar este tóxico al río y al embalse de Béznar, con su posible filtración a los acuíferos.Dicho químico está prohibido en muchos países por las evidencias científicas que muestran una gran gama de aspectos nocivos relacionados, y el próximo 15 de diciembre se prohibirá definitivamente su uso en España. Por lo que esta actuación no tiene ningún sentido.

     Debemos hacer hincapié en la importancia de los acuíferos ahora que vemos que es una amenaza seria en nuestra propia comarca. La mitad de ellos en España se encuentran en mal estado. Las causas son su explotación abusiva, contaminación o ambas. La sobreexplotaciónde los acuíferoshadeterioradoecosistemascompletos,pero ahora también afecta al agua disponible para el consumo humano como estamos viendo en algunas localidades andaluzas. Los acuíferos realizan funciones esenciales para la vida, la sociedad humana y los ecosistemas, los llamados servicios ecosistémicos. Mantienen el caudal de los ríos, hacen manar los manantiales, fuentes, y dan vida a los humedales. Todos ellos fundamentales. Sin embargo, el estado actual de estos, está originando la sequía de las aguas superficiales por la pérdida de volumen o desaparición de las aguas subterráneas. Por otra parte, se producen episodios de salinización al escasear agua dulce en ellos, sumado a la contaminación debido a los llamados fenómenos de eutrofización, y por otros compuestos, haciendo que la poca agua que queda no sirva ni para su consumo directo ni para regar. Una situación totalmente insostenible y poco inteligente, en otras palabras, un sinsentido, pues el agua es vida.

     ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Por un lado, los malos usos en la agricultura y ganadería intensivas son responsables de los fenómenos de eutrofización y contaminación de los acuíferos, también son los sectores que mayor consumo de agua realizan, y sin una buena gestión del agua por parte de estos sectores, estamos perdidos. Esto es justo lo que ha ocurrido con los cultivos de frutos rojos en el entorno del Doñana, que han terminado secando gran parte del humedal de mayor importancia de Europa y ha degradado la calidad de su agua. Hay más causas que maltratan a los acuíferos e influyen en la sequía, pero el factor que está acelerando todo este proceso es sin duda el cambio climático, con episodios cada vez más intensos, impredecibles y duraderos de déficit hídrico y altas temperaturas que evaporan mayor cantidad de agua. Es aquí donde tenemos la mayor de las amenazas, pero tanto la administración como la sociedad estamos fallando, al no dar importancia a este hecho, e incluso negándolo, pese a las evidencias científicas y las advertencias que vienen lanzándonos desde hace bastante tiempo y han sido totalmente ignoradas. Si a esto añadimos el problema de la extracción ilegal de aguas tanto superficiales como del subsuelo, los pozos ilegales, proyectos de embotelladoras que la misma administración aprueba sin considerar el estado real de los acuíferos y el contexto de sequía en que nos encontramos, suponga el fin de este recurso que nos permite no poca cosa, vivir. En algunas zonas ya no hay agua ni para enfrentarnos a otro de los grandes problemas también relacionado con la sequía y cambio climático, los incendios forestales. Sin agua para beber, ¿cómo va a haberla para producir alimentos o apagar incendios, por ejemplo? 

    Toda la comarca del Valle de Lecrín está afectada por esta problemática, tal y como estamos viendo estos días. Pozos que se secan, amenazas como la nueva embotelladora que se pretende construir, pozos ilegales, la no depuración de las aguas residuales, contaminación y mal uso del agua por parte de los sectores de la agricultura y ganadería, y el derroche inútil que todos y cada uno de nosotros hacemos.      

     ¿Pero cómo revertimos esta situación a nivel local?, ya que nos va la vida en ello. Es fundamental realizar un planteamiento a nivel comarcal sobre la gestión del agua en el Valle de Lecrín, en la que todos los términos municipales colaborasen juntos para trazar una estrategia inteligente, ya que el problema de la escasez de agua va a ir a más en el futuro, y la supervivencia de toda la región depende de ello. Tener planes a corto, medio y largo plazo, implicar a toda la sociedad y por supuesto, programas de concienciación y educación ambiental. Todo con el mismo fin: hacer un uso sostenible de este recurso y su preservación futura, ser proactivos y previsores, y no seguir actuando como se ha venido haciendo, de una forma reactiva y a posteriori, lo que es una tremenda temeridad. Algunas de las acciones más necesarias serían: evitar que se sigan secando y contaminando los acuíferos, porque sin agua subterránea de calidad no hay agua superficial, recuperar las acequias, manantiales y fuentes ya perdidas y evitar la pérdida de las aún existentes, con un adecuado mantenimiento, hacer un uso inteligente y sostenible de este preciado recurso, mayor control de los pozos tanto legales como ilegales y el sellado de estos últimos, depuración de las aguas residuales completa y no permitir que proyectos como el de la nueva embotelladora se lleven a cabo. 

     Los programas de educación ambiental y concienciación entre los colectivos implicados mejorarían la situación, sobre todo si se aportan soluciones alternativas y más eficientes en el consumo y ahorro de agua, pues no somos conscientes del abuso y el derroche que hacemos de este bien público.    

     Para amortiguar los efectos del cambio climático, lo mejor es intentar ser unos consumidores lo más responsables posible dentro de las opciones personales que cada uno tiene, y realizar todas aquellas actividades que pueden mitigar sus efectos, apoyado todo esto con más programas de concienciación y educación ambiental que ayuden en esta línea. Un conocimiento basado en datos científicos y completos sobre la problemática nos hará más eficientes a la hora de resolver estos problemas.

     RECORDEMOS QUE El AGUA ES VIDA. SIN AGUA NO HAY NI VIDA NI FUTURO.

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