Nos encontramos en plena ola de calor y si no queremos renunciar a la práctica de deporte en la naturaleza, debemos buscar parajes bañados por el agua de los ríos o las cascadas que impregnan de frescor algunos de los rincones de nuestro Valle de Lecrín.
A continuación, te recomendamos tres rutas para aprovechar el verano plantándole cara las altas temperaturas y vivir experiencias inolvidables.
La Ruta de los Bolos, en Dúrcal. Se trata del camino que transcurre junto a la Acequia de Márgena o Mahina, una de las más conocidas de la localidad y símbolo del pasado nazarí de nuestra comarca y de la extensa red de acequias que alimentan los cultivos de regadío. Este sendero paralelo al río nos regala unas preciosas vistas a medida que nos aproximamos a su garganta y a unos impresionantes túneles de piedra que protegen el paso del agua de la acequia. Tras un kilómetro aproximados desde el principio del recorrido —a unos cincuenta metros del inicio de la Acequia de Márgena— el sonido del agua cayendo en picado nos sorprende y se presenta ante nuestros ojos el canal de Fuga, un salto de agua derivado de la central eléctrica de Dúrcal. A partir de este punto, solo nos queda seguir el curso del río y dejarnos llevar por los suaves meandros y pozas, sentir el frescor del agua y disfrutar de algún que otro chapuzón.

2.- El Barranco de Luna, en Saleres. Este lugar es uno de los más emblemáticos del Valle de Lecrín y transcurre por un impresionante barranco que une los pueblos de Albuñuelas y Saleres. El cañón formado en esta gran estructura rocosa se debe a la erosión producida por el río Santo a su paso por Saleres, en pleno corazón de El Valle. Este monumento natural ofrece un recorrido de gran belleza, ideal para realizar en verano. A lo largo del recorrido pueden encontrarse los fósiles marinos que atestiguan el pasado geológico de la comarca. El desfiladero tiene una extensión de unos 700 metros y una distancia aproximada de 2,50 kilómetros. Aunque la ruta no entraña especial dificultad, es preciso tener cuidado para no resbalar y llevar un calzado adecuado que nos asegure una buena sujeción y agarre.

3.- En sendero de la Pavilla, en Nigüelas. Un paseo muy agradable en un entorno impresionante
con una distancia a recorrer de 2,60 kilómetros aproximadamente. Esta ruta es de fácil realización y una de las más representativas de la localidad. Durante su recorrido pueden admirarse unas maravillosas vistas del entorno del Río Torrente. El sonido del agua guía nuestro camino acentuado, en algunos tramos, por una pasarela metálica que permite el paso sobre la acequia. Otras etapas discurren por estructuras ancladas a la pared y suspendidas en el vacío, lo cual proporciona una experiencia única que nos envuelve por completo. El nombre de “pavilla” proviene de una tradición popular según la cual este lugar era muy visitado por las parejas de enamorados que encontraban en él un refugio a la sombra de los abedules, un sitio ideal para “pelar la pava”. En definitiva, un lugar más para enamorarse de nuestro Valle de Lecrín.
