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La ermita del Santo Cristo de Zapato, símbolo de la singular fusión entre cultura y deporte

El Valle de Lecrín está salpicado de monumentos y restos arquitectónicos que se localizan en parajes naturales a los que se accede a través de senderos y pintorescos caminos

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Cultura y deporte se dan la mano para añadir más valor y carácter a una serie de recursos que consolidan nuestra comarca como un destino turístico rural único. Un ejemplo de ello es la ermita del Cristo del Zapato, situada en la cima del monte Chinchirina, en Pinos del Valle que volverá a ser la protagonista de la XI Carrera de Montaña “Santo Cristo del Zapato”, que tendrá lugar el día 12 de agosto a las 19 horas. Los aficionados del running y el trail, los pineros y pineras y todos aquellos que tengan la suerte de encontrarse en este rincón del sur de Granada tienen una cita en la que las tradiciones, la fiesta, la cultura y el deporte entretejen el ambiente perfecto para disfrutar de un verano rural inolvidable.

Este templo está advocado al Santo Cristo del Zapato y se erige como un lugar de gran relevancia cultural y simbólica para el pueblo y para todos aquellos que lo visitan. Se trata de un lugar muy ligado a la práctica de senderismo y, por tanto, de turismo activo. Tanto los vecinos como los excursionistas que acuden a este pequeño centro de peregrinación perciben la relevancia de este impresionante mirador al Valle de Lecrín y el sutil halo de misterio que rodea el culto a este santo. El Cristo del Zapato aparece acompañado de San Roque y San Sebastián (patrones de la localidad), lo cual convierte a esta particular agrupación en un conjunto único que, además, esconde una historia muy especial. Según se cuenta, hacia finales del pasado siglo XIX, los vecinos devotos a este Cristo decidieron hacer una colecta para comprarle unos zapatos de oro. Un día, una mujer viuda que debía dar de comer a sus hijos y no tenía los medios para ello, oraba con gran sentimiento a sus pies, pidiéndole ayuda. El Señor escuchó sus plegarias y dejó caer uno de los zapatos sobre el cáliz. En ese momento, se desató la euforia y todos los que allí se encontraban intentaron arrancar el zapato. Quiso la providencia que la única persona que consiguió hacerse con él fue la pobre viuda. Todos los vecinos comprendieron el mensaje que les transmitió el Santo Cristo: la necesidad de ayudar a los más necesitados y apoyarse mutuamente. Y qué mejor época para seguir poniendo en práctica esta enseñanza que durante las fiestas que tendrán lugar en este pueblo los próximos días, desde el 12 hasta el 17 de agosto. Unas fechas en las que Pinos del Valle se convierte en el punto de encuentro entre locales y visitantes y en el que la ermita será la protagonista de algunos de los eventos más esperados, como es el caso de la ruta nocturna que permitió realizar a los participantes un paseo por las estrellas.

Foto: Patricia Díaz Fajardo

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