Llegan en autobús desde Salobreña dispuestos a dejarse llevar y deleitarse con los colores, olores y sabores del Valle de Lecrín. Son medio centenar de turistas británicos, guiados por Juan Bolívar, que comienzan descubriendo que Lecrín proviene del árabe Iqlim y que significa «puerta de entrada», aunque, según otra escuela de pensamiento, Valle de Lecrín en realidad significa «Valle de la Alegría». Lo que les empieza a quedar claro nada más llegar, es que la comarca es una hermosa zona verde cubierta de huertos al pie de Sierra Nevada con un rico e interesante pasado árabe. Una tierra fértil, donde olivos centenarios conviven con cítricos dando lugar a un aceite excepcional.
Y esto lo descubren de la mano de las concejalas del Ayuntamiento de Lecrín, Marina Flores y Sonia Álvarez, que los acompañan durante a su visita al Molino de Mondújar una de las joyas de la comarca que muestra el nivel de ingeniería tecnológica utilizado en la elaboración del aceite durante los últimos siglos.
Allí les espera María Maldonado, de Cooperativa San Roque que les explica el proceso de extracción del aceite y sus peculiaridades en la comarca, tras lo que les da a degustar Orovalle, el aceite gourmet elaborado exclusivamente a base de aceituna lechín en la Cooperativa en Pinos del Valle. “Gold oil in Gold Valley” comenta una de las turistas para la que no han pasado desapercibidos los atributos de este oro líquido del que ha destacado su gusto “like a pepper”. Tras saborearlo debidamente, se lleva consigo un par de botellas de esta exquisitez del Valle de Lecrín, con sabor a pimienta, que “never before” ha degustado su paladar.