Como una auténtica metáfora, la fotografía en la que vemos la imponente talla de San Sebastián, patrón de Padul, con el grupo escultórico de la Oración en el Huerto de los Olivos de fondo, nos avisa que una vez pasadas las fiestas patronales y la celebración de la Candelaria, la localidad se dispone un año más a vivir la más grande de sus semanas y el apasionante camino preparatorio que es la Cuaresma.
Y es que Padul, municipio cofrade donde los haya, recibirá el 14 de febrero un flechazo de amor por la tradición envuelto en aromas de incienso y exornado con las más bellas flores. Ese día, miércoles de ceniza, dará comienzo la cuenta atrás que lleve a la gran familia cofrade paduleña a recorrer un camino de preparativos, que, aunque se repite cada año, siempre es nuevo y viene cargado de retos, ilusión y mucho sentimiento.
Desde hace semanas la actividad se ha acelerado en las diferentes casas de hermandad. Los costales ondean al sol en impolutas cuerdas de ropa tendida, puntada tras puntada van tomando forma los más artesanales bordados y el redoble de los Soldados Romanos romperá el silencio en las frías noches de ensayo. Las cuadrillas de costaleros y costaleras ya peinan las calles del casco antiguo del pueblo que recupera una inusitada vida en las noches de ensayo y convivencia. La Semana Santa también se empezará a oler en las inmediaciones de los hornos que también nos anunciarán con el aroma de los pestiños y roscos de huevo que la semana más remarcada en el calendario paduleño está a la vuelta de la esquina. Y como siempre, en El Comarcal de Lecrín estaremos encantados de compartir con nuestros lectores la información cofrade de Padul.
