En esta ocasión os quiero enseñar mi experiencia con las nubes lenticulares o “Las Volaeras” . La NASA en 2013 publicó en su blog «La fotografía astronómica del día» una imagen de uno de estos fenómenos atmosféricos sobre el Veleta. Y en este momento este fenómeno atmosférico se hizo viral en todo el mundo.
Sin querer meterme demasiado en explicaciones técnicas, las nubes lenticulares suelen aparecer en zonas montañosas y para su estacionamiento necesitan de viento ascendente relativamente intenso y una inversión térmica en la atmósfera. Montañas como la de Sierra Nevada funcionan como un obstáculo para que fluya el viento por la superficie terrestre. De este modo provocan que ascienda hasta alcanzar la cima.
Si el aire que llega desde la ladera de la montaña es húmedo y la temperatura desciende hasta provocar rocío, se produce un fenómeno de condensación que da lugar a esta característica masa nubosa con forma de platillo volante.
Para el fotógrafo es un auténtico reto. Estas nubes nunca avisan hay que estar atento y ser muy rápido. Normalmente esperamos al atardecer donde se tornan de un color anaranjado y violeta. El cambio de temperatura del color las convierte en unos auténticos platillos volantes.
Necesitaremos de un trípode, un teleobjetivo para obtener un plano más cercano y mucha paciencia. El atardecer nos dará pocos minutos para realizar nuestra imagen y el resultado nunca será el esperado ya que cambian de tamaño constantemente.
Publico las conseguidas desde el Valle por encima del Pico del Caballo. En el Padul y en la Atalaya de Cozvíjar.