En esta comarca de transición de la vega a la costa, del mar a la montaña más alta, hay un mar de olivos que está más cerca de ser protegido como Patrimonio de la Humanidad. Una figura tan importante como paradójica, ya que en esta tierra el olivo, además de dar aceite y tener muchos más usos, sirve para proteger otros árboles como naranjos, limoneros o aguacates. Hace unos días, el Ministerio de Cultura confirmó que España presentará ante la UNESCO en febrero de 2022 la candidatura ‘Los paisajes del olivar en Andalucía, historia milenaria de un mar de olivos’, una iniciativa promovida por la Diputación de Jaén, en colaboración las diputaciones de Córdoba, Granada, Sevilla y Málaga, junto a multitud de municipios, universidades, organizaciones agrarias y otras entidades de la CC.AA.
Una buena noticia para el Valle de Lecrín, sin duda, que junto a otros territorios andaluces podría poner en valor su rica historia, esta vez vinculada con el aceite. En el documento de la propuesta, se detalla que gracias a la olivar se ha conformado “un sólido tejido social, convirtiéndose en un paisaje excepcional, esto es, paisaje, patrimonio, vida y cultura”. También se ha hecho hincapié en los paisajes; los elementos construidos como cortijos, haciendas, casas de labranza; los valores agronómicos como tipos de cultivos, formas de recolección; los valores sociales como la creación de cooperativas o denominaciones de origen; e incluso los valores intangibles entre los que destacan las creencias, rituales, costumbres, músicas o recetas que tienen al olivar y al oro líquido como protagonista.
En el caso concreto de la comarca, los expertos subrayan que “en la localidad de Nigüelas particularmente, el olivar representa una actividad económica de cierta entidad, aunque con tendencia a decrecer dadas las condiciones topográficas accidentadas y la dificultad de las labores requeridas. Sin lugar a duda, asociado a este cultivo, que estuvo en muchos casos destinado al autoconsumo, sobre todo en las fincas de pequeñas extensiones, se ha desarrollado una cultura propia ligada al mismo. En este sentido se desarrollaban procedimientos técnicos para la extracción de aceite, hoy día ya mecanizados y tecnificados, que ponían en práctica todo un conjunto de saberes y conocimientos de gran valor patrimonial”.
Mientras la UNESCO toma la decisión, fechada para 2023, el olivar seguirá siendo uno de los símbolos de la comarca, con o sin la declaración de Patrimonio Mundial.