A lo largo del medio siglo que separa junio de 1971 y junio de 2021, Jesús Robles Alarcón ha sido un referente de justicia y entendimiento para los vecinos y vecinas de Nigüelas. Es el juez de paz que más años ha ocupado el puesto de forma ininterrumpida en España, todo un mérito achacable a sus cualidades humanas y a su gran generosidad. Cabe destacar que durante todo este tiempo su labor ha contado con la aprobación de todos los alcaldes de Nigüelas desde el comienzo de la democracia.
“Un hombre inteligente, prudente, justo, cabal y tranquilo”, así lo define su hija Yolanda quien explica que, aunque se lo ofrecieron no quiso ser el alcalde de su pueblo, Jesús optó, en cambio, por solucionar los problemas y desencuentros de sus vecinos y vecinas “en un tiempo en el que no todo el mundo podía contar con los servicios de un abogado para dirimir sus litigios”.
Y es que Jesús Robles, el hombre que es memoria viva de los caminos de la jurisprudencia de Nigüelas, Dúrcal y parte del Valle de Lecrín, ya que gran parte de las desavenencias que tuvo que solucionar pasaba por delimitar correctamente las lindes de fincas y parcelas, hizo gala durante su ejercicio de la importancia del diálogo y de la valía de la palabra dada. No estuvo sólo en su tarea, su esposa, Encarnita Ruíz supuso para él un apoyo fundamental gracias a su formación, su visión crítica de las cosas y su discreción. Ambos formaron un tándem perfecto, en todos los aspectos de su vida en común, a lo largo de sus 59 años de matrimonio.
Su función como juez de paz al servicio del pueblo le ha valido el reconocimiento por parte del Ayuntamiento de Nigüelas que acordó en pleno y por unanimidad rendirle un merecido homenaje. El pasado lunes el consistorio organizó su tradicional cena al aire libre en el Auditorio Serafín Hervás a la que asistieron un centenar de personas mayores de Nigüelas y que fue el escenario en el que Jesús recibió una placa de agradecimiento por su buen hacer.
Se trató de un acto muy emotivo en el que el juez de paz, que abandonó el cargo tan solo hace unos días, estuvo arropado por su familia que no puede sentirse más orgullosa de él.
A sus noventa años Jesús Robles demostró que se mantiene activo y en perfecto estado físico haciendo gala de sus dotes como bailarín danzando, al ritmo de los boleros del barítono Manuel Garrido, junto a sus dos nietas, sus dos nietos y sus tres hijas hasta que terminó la velada.