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Lanjarón inaugurará el ‘Sendero Mágico’ del ‘Tajo de la Cruz’ donde proliferaron las brujas y los hechiceros

Las personas que deseen participar este lunes en este itinerario misterioso de cinco kilómetros podrán hacerlo también disfrazadas

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Este lunes, día 23, Lanjarón inaugurará el ‘Sendero Mágico’ que culminará en el ‘Tajo de la Cruz’, tierra hace siglos de brujas, hechiceros, curanderos y ensalmadores. Este evento lo ha organizado de forma conjunta Natural Experience-Andalucía, la Asociación Huella Meraki, Teatro de Lanjarón y el Ayuntamiento de Lanjarón. Habrá muchas sorpresas en este novedoso evento.

“Se trata de una ruta muy misteriosa y apasionante de 5 kilómetros de longitud cargada de historia que recorrerá lugares cargados de leyendas. La caminata partirá a las nueve de la noche desde la Plaza. Después se regresará al pueblo. Las personas que se apunten para realizar la ruta si lo desean podrán disfrazarse de brujos, brujas, etcétera. Cada participante tendrá que dar tres euros en concepto de donativo para destinarlo a los proyectos de la Asociación de Medioambiente y Desarrollo Rural Pueblo del Agua, de Lanjarón”, ha indicado la concejala y diputada provincial por La Alpujarra y el Valle de Lecrín, Carmen Lidia Reyes Ruiz.

Antiguamente los lugares de Lanjarón que captaban más brujas y hechiceros eran el Tajo Colorao, la Joya de las Ánimas, la Piedra del Porquero, etcétera. Aquelarres, voces corajudas, visiones, oráculos, curanderismo, hipnosis, quiromancia, telepatía, magos, bebedizos mágicos, afrodisíacos, ensalmadores, cartas, hechiceros, velas, calaveras y muchas más cosas existieron en las afueras del casco urbano de Lanjarón. También dicen algunas personas mayores que cuando eran pequeños se escuchaba el latir de una gran campana en un tajo de la sierra de Lanjarón cada cierto tiempo. Desde hace años en las fiestas de San Juan se suelen decorar algunos lugares con brujas subidas en sus escobas. En otras ocasiones también se suelen disfrazar alguna gente de hechiceros y brujos con sus estremecedoras miradas.

Hace muchos años a los hechiceros y ensalmadores de Lanjarón se les rendía culto. Aquelarres, cercos mágicos, bebedizos, etcétera. Todo proliferaba al amparo de la ignorancia, cuevas, eras comunales y sombras nocturnas. Y no era sólo en Lanjarón el refugio de plebeyos. También existía en Soportújar y otros lugares de La Alpujarra. El propio Alfonso I ‘El Batallador’ confiaba en agüeros y adivinadores. Se dice también que Alfonso VI, antes de emprender la batalla de Zalaca, consultaba a rabinos para que le interpretaran sus sueños. Dicen que en Lanjarón también se le prestó culto a la brujería, principalmente, en el Tajo Colorado. También hubo brujos en el ‘Tajo del Diablo’ de Capileira.

La creencia en la existencia de brujas, es decir, en mujeres a las que se creía dotadas con medios extraordinarios para hacer pactos con el diablo, tener relaciones con él y gozar de poderes ocultos, dominó en Europa, principalmente en España, Alemania, Francia e Italia, desde el siglo XIII al XVII, aunque en otros países como Inglaterra e Irlanda, también vivieron intensas jornadas de procesos de brujería. Las brujas, realmente, tienen sus precedentes en las lamias de la antigua Grecia, las magas de Tesalia, las hechiceras de Roma y las striges de los latinos, francos y germanos. El ‘Sendero Mágico’ y embrujado de Lanjarón persigue, entre otras cosas, atraer a Lanjarón a más turistas y visitantes amantes de lo sobrenatural, las viejas historias y la naturaleza.

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