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Un oasis creativo llamado La Casa Amapola

Podría estar en cualquier sitio, pero esta vivienda que pasa desapercibida desde la calle, es en realidad el epicentro de cientos de trabajos musicales, audiovisuales o de género. Jaime, Nestior, Carolina y Vega son el motor y corazón de la casa, un huracán creativo que siempre encuentra un motivo para seguir en pie y avanzar hacia adelante

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Como una amapola silvestre que nace en cualquier sitio de esta Tierra, encuentras este oasis, esta zona de nadie y de todos que por casualidad está en Dúrcal. La Casa Amapola es una isla de creatividad, una comuna creativa, pero sin duda es mucho más que eso, “es una actitud”, como la define Nestior, el alma de la casa junto a Carolina, su hija Vega y por supuesto Jaime Walfisch. Aquí es posible una gran mezcla creativa que nace de la experiencia y de la ilusión de los integrantes de la casa y de todo aquel que la visite, pues las puertas están siempre abiertas para todo aquel que tenga algo que aportar a la causa. 

Al entrar a la planta baja de la Casa Amapola te descubren ese espacio que en realidad es el epicentro de creaciones como la Teta Power de Nestior, videoclips de Arco, Amparanoia, Vinila von Bismark o colaboraciones con Youth, pero también de producciones sobre violencia de género para la Universidad de Granada. Todo esto nace en esta misma casa, una vivienda en la que han vivido hasta siete personas, “estábamos Manuel Hidalgo, Bokao Garrapato, Esther, Babacar, Johan… en un momento en el que esto no lo considerábamos ni un estudio, era un desastre organizado, compartíamos todo”, rememora Nestior. En esa mezcla siempre ha estado Jaime Walfisch, fotógrafo y camarógrafo de artistas de talla nacional e internacional, embarcado últimamente en un proyecto que lo ha llevado hasta África para grabar un documental que podremos ver próximamente. 

Porque los proyectos son la palanca de La Casa Amapola. No hay horarios, hay planes que persiguen un objetivo y a partir de ahí se trabaja para que sea un éxito. “Lo que hemos hecho con la Casa Amapola es tener un sello, es ponerle un nombre comercial a todo lo que hacemos porque la casa muchas veces puedo ser yo con un portátil en La Habana, pero otras un videoclip en el que hay siete trabajando”, explica Jaime Walfisch, quien también tiene la vista puesta en un gran proyecto que mezcla lo personal y profesional que verá la luz en unos meses. 

Esa mezcla también se deja ver en otros trabajos, como los videoclips de Arco grabados por Jaime o en las colaboraciones de Nestior en algunas de sus canciones. Fue el cantautor también el que comenzó a hablar de La Casa Amapola, “concretamente cuando se estaba grabando el videoclip de Debo”, dice Walfisch. Una etapa muy especial también para Nestior, ya que poco después nacía su hija Vega. Porque la casa es también Carolina y Vega, es también la Teta Power y las creaciones diarias para el consultorio de Canal Fiesta Radio. Un espacio que se puede mover al ritmo de una brisa o puede circular como un huracán, todo depende de los proyectos con los que se trabaje, y “los estados anímicos”, subraya Jaime Walfisch. Un ánimo que durante el confinamiento no decayó, sino que fue una prueba para los habitantes de la casa. En la primera semana nació la canción de Nestior En Cuarentena que fue todo un éxito en la que aparece el propio Nestior, Carolina, Jaime y Manuel Hidalgo. “Utilizamos plásticos para pintar para construir el escenario y con poco más hicimos el vídeo”, cuenta Nestior. Y de aquella época tienen mucho más material inédito que algún día puede que veamos. 

Mientras, La Casa Amapola sigue el rumbo que le marcan los días, los trabajos solitarios o en conjunto que van surgiendo, de los que están pero también “de los que han pasado por aquí”, asegura Nestior. Es el cantante también el que alude a la necesidad de hacer realidad el arte en el momento adecuado: “Esto es una forma de vida, de compartir, de crear, producir, siempre lo he visto así. Esto es el do it, hacerlo en el momento para que no se pierda y pueda fluir”. Porque lo que es de verdad siempre está ahí, como canta Arco: 

Cómo vuelve la alegría

Convertida en ilusión

Cómo vuelve la amapola

Cómo vuelve la verdad 

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