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La Hermandad de Ánimas de Cónchar rinde homenaje a título póstumo a Antonio José ‘El Médico’

La tradicional y multitudinaria Rifa de las Ánimas Benditas, creada en el siglo XVI, fue suspendida por el coronavirus

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La Hermandad de Ánimas de Cónchar ha homenajeado a título póstumo a uno de sus grandes valerodes, el médico Antonio José Ruiz Morales. En la fachada de la Hermandad de Ánimas, Laura Domínguez Almendros, esposa de Antonio, descubrió una placa que reza lo siguiente: La Hermandad de Ánimas en agradecimiento a D. Antonio Ruiz Morales por su inestimable y desinteresada dedicación en mantener vivas las tradiciones y costumbres de nuestro pueblo. Cónchar 1 de enero 20022. Los asistentes cantaron algunas de las canciones que le gustaba escuchar a Antonio, entre ellas varios villancicos. El encargado de tocar la guitarra y dirigir el coro ha sido Antonio José Mota, químico de profesión, nacido en Colomera y residente en Cónchar desde hace cuatro años. La tradicional Rifa de Ánimas, a la que suelen asistir también muchas personas de otros lugares, ha sido suspendida por el coronavirus. Se tenía proyectado celebrarla después del homenaje a Antonio Ruiz.

La secretaria de la Hermandad, María José Palomino dijo lo siguiente: “De Antonio podemos decir que durante toda su vida fue una persona con plena dedicación a los demás. Apasionado por lo que hacía. Constante. Amigo de sus amigos. Entregado a su familia y a su profesión. Con ese gran corazón que tantas veces nos demostró a lo largo de su vida. No quedaba indiferente ante el sufrimiento de nadie. Siempre dispuesto a ayudar de la manera que estuviera en sus manos. Generoso con todo lo que tenía. Desprendido. Ninguno de nosotros podrá decir que no hemos recibido la ayuda, el consejo, la palabra de aliento en algún momento de nuestra vida. No cabe duda de su espíritu competitivo. Ponía todo su esfuerzo en ser el mejor en todo. Mejor esposo. El Mejor padre. El mejor médico. Deportista. Viticultor. En todas esas facetas destacó a lo largo de su vida. Y cuando una personas de este espíritu competitivo ponía todo su esfuerzo en ser el mejor en todo, puso empeño también en dar a conocer la Hermandad de las Ánimas. No podemos dejar de pensar que gracias a Antonio ha crecido y se ha dado a conocer a muchas personas. Es nuestra obligación recoger el testigo que nos dejó, haciendo que esta Hermandad continúe creciendo a lo largo de los años”, terminó diciendo.

Desde el siglo XVI la Hermandad de Ánimas Benditas de Cónchar se dedica a cuidar el cementerio. Esta Hermandad, que nació bajo el signo de la caridad, se encarga también de colocar las luminarias que acompañan al cadáver durante el velatorio, así como ofrecer misas a los difuntos y colaborar en los festejos.

El ya fallecido médico y mayordomo de la Hermandad de Ánimas Benditas de Cónchar, Antonio José Ruiz Morales, indicó hace unos años que “todos los vecinos y vecinas de Cónchar forman parte de la Hermandad y los mayores de edad ofrecen cada año tres euros para cuando le llegue la hora del fatal desenlace tenga derecho, eternamente, a un nicho en el cementerio de Cónchar y a misas y luminarias el día que está de cuerpo presente”, explicó.

Curiosamente en Cónchar suelen sobrar los dedos de una mano para contar los enterramientos que se producen cada año. La sede de la Hermandad de Ánimas de Cónchar se encuentra muy cerca de la iglesia levantada entre 1610 y 1614, siendo su arquitecto Ambrosio de Vico.

En este pintoresco y apacible pueblo, famoso por sus dulces (Los Danielitos), mosto, festejos, gastronomía, granadas, cerámica artesanal, acueducto romano… se celebra cada uno de enero la tradicional Subasta de Ánimas para recaudar fondos para la Hermandad de Ánimas Benditas. Antes se celebraba por la tarde y ahora por la mañana. Todo lo que se subasta: jamones, chotos, granadas, jarapas alpujarreñas, arrobas de vino, billetes de lotería, calabazas, garbanzos, cerámica, cuadros y otras cosas es donado por los vecinos del pueblo y algunas personas de otras zonas. Se suelen recaudar unos 6.000 euros. También, en el día de los Reyes Magos se celebra la ‘Fiesta del Mosto’ para promocionar el pueblo, sus caldos y remojón ‘conhúo’ y recaudar dinero. Este año ha quedado suspendida.

En otros tiempos existió en Cónchar un ataúd que perteneció a la Hermandad de las Ánimas. La ‘caja de muerto’ sirvió para transportar al camposanto los restos mortales de los cofrades pobres cuando dejaban este mundo. Una vez enterrado el cuerpo bajo tierra, el féretro volvía al cuartillo del cementerio para que otros pudieran utilizarlo. Asimismo, hubo en Cónchar, entre otras cosas, la llamada ‘romana de las Ánimas’, para recaudar fondos a través de las personas que la utilizaban para pesar.

Hasta 1990, cada familia de Cónchar abonaba cada año a la Hermandad de Ánimas, dos pesetas. Después los mayordomos acordaron las subidas de 50 y 150 pesetas de las de antes. Ahora, cada matrimonio abona tres euros al año y cada uno de los solteros y solteras, a partir de los treinta años de edad, tienen que ofrecer otros tres euros al año para seguir siendo miembros de la Hermandad de las Ánimas.

Las obligaciones inexcusables de la Hermandad de Ánimas de Cónchar son las siguientes: cuidar del cementerio en todos los sentidos; ofrecer misas por las Ánimas Benditas del Purgatorio; poner luminarias al difunto de cuerpo presente; cuidar en las fiestas de San Roque de la música que acompaña al patrón en la celebración de su misa y durante la procesión, así como del ‘castillo’ de fuegos artificiales que se tira después de la misma y que se tiren cohetes en las festividades de Año Nuevo y en las festividades de la Candelaria y San José, el Sábado Santo, el Domingo de Resurrección, el Corpus Christi y el día de la Inmaculada.

Antonio José Ruiz indicó también hace unos años que “la Hermandad de Ánimas Benditas de Cónchar posee un secano con olivos en una zona y tierra para el cultivo en otra zona. Esta finca se arrienda cada cuatro años en la subasta de la Rifa de Ánimas y se adjudica al mejor postor con la siguiente salvedad: el arrendatario saliente tiene derecho de recoger la aceituna y el grano, si lo hubiera sembrado, de la cosecha en curso. Es razonable la hipótesis que nuestra Hermandad sea una de las organizaciones que trajeron consigo, como parte de su cultura, los repobladores de esta zona tras la expulsión de los moriscos”, terminó diciendo.

Antonio José Ruiz Morales nació en Cónchar el 25 de febrero de 1955 y falleció el 21 de junio de 2021. Antonio adoraba a su esposa Laura Domínguez Almendros, a sus tres hijos: Laura (hizo el doble grado de Derecho y Administración de Empresas), Antonio (enfermero), y Manuel (Arquitecto), a su nieta Carmen (5 años) y a su nieto Manuel (2 años). Antonio José era un hombre que adoraba la Hermandad de las Ánimas Benditas de Cónchar. Era un ser entrañable, cercano, muy humano y honrado. Le encantaba el mundo de la viticultura y la medicina. Llevaba un año jubilado, y 39 años casado.

La muerte le sobrevino a causa de una complicación en un trasplante de hígado. En Atarfe ejerció de médico 40 años. A todo el mundo le ofrecía su casa. Era muy íntegro, generoso y sensato. Muy amigo de sus amigos. Elaboraba el vino de autor para la familia y los amigos. El caldo blanco se lo dedicaba cada año a una mujer: Carmen, Ana, Laurita, Liona, Maura… Su mimado viñedo lo labraba en el pago de ‘El Alcázar’. Descanse en paz Antonio José ‘El Médico’, uno de mis mejores amigos. Uno de los hermanos de Antonio José que trabajó en Telefónica y ya no se encuentra en este mundo. Su otro hermano, Manolo, es un gran cirujano y un hombre muy querido en su pueblo y fuera de su pueblo. Desde el día 1 de enero de 2022 una placa recordará a Antonio ‘El Médico’ en la fachada de la sede de la Hermandad de Ánimas Benditas de Cónchar.

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