En estos días en los que se vislumbra en el horizonte una fecha diseñada para hablar del amor, hay que tener en cuenta que la base de amor verdadero radica en cuidarse y protegerse, un hecho que se suele poner de manifiesto y que se debe demostrar, sobre todo, cuando existe una convivencia continuada.
En este sentido los olivos y los cítricos, que llevan conviviendo en el Valle de Lecrín más de siete décadas, mantienen una relación “amorosa” a través de la cual ambos cultivos se cuidan y se benefician mutuamente.
Tal y como se explica en el libro de Francisco Villegas Molina “El Valle de Lecrín” publicado por el Instituto de Geografía Aplicada del Patronato “Alonso de Herrera” del CSIC, durante el período entre 1945 y 1950 se produjo en la comarca la mayor densidad de agrios que adquirieron un gran valor comercial y un enorme atractivo para los cultivadores. Desde esas fechas su superficie ha crecido a costa de las áreas dedicadas a cultivos herbáceos y olivar, con quien frecuentemente aparecen asociados “en promiscuidad” porque el olivo se beneficia de las labores más cuidadosas que se le dan al naranjo y este se ve protegido de los fríos intensos, de los vientos del norte y de las heladas, ya que se trata de olivos de gran envergadura, que no se podan o al podarlos no se impide su crecimiento.
Suelen ser olivos robustos de la variedad Lechín cuya aceituna es de maduración tardía y sus frutos pequeños ofrecen gran resistencia al desprendimiento, por lo que, aunque su recolección resulta difícil y costosa se obtiene un aceite de color amarillo pálido, sabor dulce y muy fluido, de mucho renombre en la zona.
En la Sociedad Cooperativa Andaluza San Roque de Pinos del Valle envasan y comercializan el Aceite Virgen Extra Orovalle, un monovarietal Lechín de Granada cuya originalidad proviene de la forma de cultivar los olivos centenarios del Valle de Lecrín, que alternan en los bancales con árboles de cítricos y otros frutales. Esto le otorga a nuestro aceite un sabor y aromas diferenciadores que le dan una personalidad única derivada de la bonita historia que mantienen ambos cultivos en el Valle de la Alegría.