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“Hay mucha injusticia en México, pero a la vez es surrealista y mágico”

Raquel Robles Alarcón tiene 37 años recién “cumpliditos”. A esta durqueña el sistema educativo español, con el que impartía clases al finalizar su carrera, no le convencía y su inquietud por enseñar de forma diferente la llevó hasta México. Lo hizo con el mismo grado de convencimiento que de temor, pero lo hizo, y ahora se siente encantada y atrapada por este país, por su cultura y por su gente, aunque eche de menos las aceras de Dúrcal cuando en San Cristóbal de las Casas comienza a llover, porque allí diluvia sin piedad y en menos de una hora te llega el agua por las rodillas

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¿Cuánto tiempo llevas viviendo en el extranjero?

Llevo unos 8 años en México, era la primera vez que me iba a vivir fuera de España. Se suponía que era sólo para un año, eso decía yo para que no sé me asustaran mucho, pero yo sabía en mi interior que era para mucho más tiempo.


¿Cuándo decidiste irte a México y por qué?


En primer lugar, yo me quería ir donde fuera, me daba igual donde. Ya llevaba tiempo buscando la forma de poder moverme, pero no la encontraba, o tenía tanto miedo que en el fondo no veía como. Pensaba en buscar la forma que estuviera todo “cuadraico”, pero eso no existe. En una de mis lecturas leí de una escuela que ya llevaba muchos años en México, se llamaba Pingüinos, y se me metió entre ceja y ceja que yo quería ir a visitar esa escuela.


¿En qué parte de México vives?


Vivo en San Cristóbal de las Casas, estado de Chiapas. Es el sur, frontera con Guatemala. Es uno del estado más “pobres” según dicen, donde todavía hay muchas comunidades indígenas que viven según sus leyes.


¿A qué te dedicas ahí?


Pues después de estar 2 años en la escuelita, sentí que necesitaba un cambio, amaba la educación, pero es que ser maestra de infantil es muy duro. Hice un curso con una mujer medicina y empecé a hacer cosmética, pero no me daba lo suficiente así que mi pareja, que es artesano, me propuso enseñarme y así le ayudaba con el trabajo. Ahora hago las dos cosas, justo hace unos meses reabrimos una tienda, cerramos cuando empezó la pandemia. CreArte se llama, es un colectivo de 15 artesanos y artesanas de diferentes países.


¿Qué es lo que más echas de menos de Dúrcal?


Echo de menos a mi gente, mi familia, el verano, que aquí llueve mucho, demasiado, el calorcito, poder ir todo el día en manga corta, porque en verano es cuando llueve, en menos de una hora se inunda todo y te llega el agua por las rodillas. Aquí las chanclas son para valientes, porque las aceras cuando se mojan resbalan mucho y encima son en pendiente. Las aceras de Dúrcal son gloria comparadas con estas.


¿Qué es lo que más te gusta de México?


Lo que más me gusta es la calidez de la gente. Te enamoras de la gente. La gente aquí también es muy echa pal ante, no se detienen por nada. Se las ingenian de una manera para buscarse la vida que es impresionante. Como no tienen nada, no tienen nada que perder. Hay mucha injusticia en México, pero a la vez es surrealista y mágico. Es un país de contraste muy fuertes.


¿Algún choque cultural impactante o gracioso que te haya ocurrido?


Choque cultural si mucho, continuamente, te crees que porque hablamos el mismo idioma nos entendemos y no. Son formas diferentes de expresarse de vivir de convivir, de entender la vida. Todavía a mi casero hay veces que no lo tiendo, no me queda claro en que hemos quedado. Por ejemplo, aquí, en Chiapas está mal visto decir que no, si no saben algo, no venden algo en la tienda o no saben lo que es, nunca te van a decir que no.


¿Tienes más paisanos por ahí cerca?


Si ahora está aquí mi hermana, y una casi paisana, una chica de La Alpujarra.


¿Piensas en regresar a tu tierra?


La vida da muchas vueltas nunca se sabe nada.


¿Cómo te ves dentro de cinco años?


Uyyy no sé ni cómo voy a estar en dos meses.

Delia Molina

Me llamo Delia Molina y trabajo en el mundo de la comunicación desde hace 20 años. He sido locutora en Onda Cero Granada y responsable de los Gabinetes de Prensa de la Diputación de Granada y del Ayuntamiento de Pinos Puente. He colaborado con la Fundación Zayas, gestionando sus redes sociales y páginas web. Ahora me uno a esta nueva y apasionante aventura para continuar comunicando desde el Valle de Lecrín para el Valle de Lecrín. Como dijo Víctor Hugo: “El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.”

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