El mirador de Melegís (II): ¿Qué hace un armiño en el Valle de Lecrín?

Hay quienes piensan que es un perro, un hurón o una comadreja, pero nadie se imagina que es, por su deseada piel blanca, el símbolo del poder, de la realeza

minutos de lectura

El armiño escapado del regazo de la dama para presidir el mirador con su figura arrogante ¿Cuántas veces habrá sido acariciado su lomo por los asombrados visitantes que, en su mayoría, no saben reconocerlo? Porque muy pocos saben de qué animal se trata. Hay quienes piensan que es un perro, un hurón o una comadreja, pero nadie se imagina que es, por su deseada piel blanca, el símbolo del poder, de la realeza. Reyes, príncipes, emperadores, zares, en los actos más relevantes de sus estados, llevan sus blancas capas surcadas de manchitas negras, debidas a la punta de la cola del armiño, negra como un pincel negro. Su piel blanca, impoluta, jalona las coronaciones, los actos solemnes, los homenajes…; los momentos notables de la Historia. Incluso los Reyes Magos portan capa de armiño.

El armiño pertenece a la familia de los mustélidos. Su pelaje es marrón y varía a blanco en invierno para pasar desapercibido sobre la nieve. En ese momento su piel es codiciada por los cazadores. Es de regiones frías, con lo cual nunca podría encontrarse en el Valle de Lecrín, como no sea en cautividad. Su hábitat son las regiones frías del norte de España, Centroeuropa y Rusia. No son buenas mascotas, son agresivos y peligrosos, por eso extraña que aparezca en el cuadro suavemente tomado por la dama, identificada como Cecilia Gallerani, amante de Ludovico Sforza, Duque de Milán. El cuadro, La dama del armiño (Museo Gzartoryski, Cracovia, Polonia), pintado por Leonardo da Vinci hacia 1490, es un retazo del Renacimiento que la autora del mirador, Elena Vicente, nos trae. Y… ¿por qué? ¿Por qué el armiño es uno de los animales que, desde el perímetro externo del mirador de Melegís desafía a los vientos, a los posibles enemigos y a la brisa que asciende desde la presa de Béznar? Porque el Mirador es “un mirador para ser mirado” (Ideal, 25 de agosto de 2009); porque en el mirador están reflejados muchos sueños, muchos recuerdos, mucha nostalgia y el cuadro de Da Vinci acudió por azar en el momento de la creación del mirador a las manos de la escultora quien no pudo negarse a darle vida; y porque no olvidemos que el mirador de las Alvirillas de Melegís es un homenaje a los emigrantes y en él está un animal emigrado de las tierras del Norte para venir al Sur. Es una escultura en bronce y está mirando hacia el Sur, su punto de destino, según indica la pagoda que actúa en el balcón-mirador a modo de brújula.

El mirador de Melegís (I): Pervivencia de una tradición celta

El disfrute para la colectividad de esta figura en cuyo pelaje la escultora ha querido dejar marcada la huella de los dedos de la dama que lo mima y acaricia, emana, pues, de la voluntad del artista, lo que los alemanes llaman Kunstwollen o “voluntad de arte”, lo que ha hecho posible que desde el cuadro de Leonardo Da Vinci emerja esta figura, este vecino exótico de Melegís, este símbolo de la belleza y la pureza hasta el punto de que, si alguien embarra o ensucia la entrada de su madriguera, prefiere ser atrapado antes que mancharse. Es el lema “malo mori quam foedari” (“mejor morir que mancillarse”) que el pintor Carpaccio, en 1505, representó en su cuadro Joven caballero en un paisaje, actualmente en el Museo Thyssen, de Madrid. Es también el lema de la Orden del Armiño, galardón que recibió Ludovico Sforza y por lo que el duque era llamado en muchas ocasiones Armiño; y esa parece ser la razón por la que ese animal está en brazos de la joven en el cuadro.

Vemos, pues, que el cuadro representa una alegoría del amor, una simbología, la del armiño, que ha saltado desde Italia, desde las mágicas manos de un pintor, a través de otras manos mágicas -en este caso de una escultora-, a una de las pilastras del mirador para quedarse, para que todos, niños y mayores lo acaricien y se lo lleven para siempre en sus fotografías y en su recuerdo.

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Lo último

0 0.00