Nuestra comarca, tierra de cítricos y olivares entre bancales, se está abandonando. El escaso valor de la cosecha, los altos costes de cultivo con escasa mecanización y la falta de jóvenes que continúen con el afán de cultivar la tierra, abocan a esta situación.
¿Viene el cultivo del aguacate a salvar nuestro Valle? Hemos de tener presente que el cambio climático está aquí, que nuestro valle es más caluroso, pero se trata de un cultivo subtropical, nuestro Valle no es el Valle de los Guájares, con su influencia de clima costero. La burbuja del aguacate, oro verde como le llaman, no sólo arranca cítricos y se agranda en nuestro valle, si no que crece a lo largo la costa mediterránea, comop Huelva y el Algarve portugués, con extensas tierras mecanizables.
Hablar del olivar lechín de Granada, es hablar del Valle de Lecrín y sus monumentales olivares, su esencia, esos aceites amargos, y picantes, de carácter agradable, que han perdido ese valor añadido, que junto a su difícil mecanización se ven arrancados por otros cultivos o cambios varietales. ¿Hemos intentado vender el aceite del valle? Nuestra aceituna, también rica en aderezo, ya es aceite del montón que se vende mezclado con aceites malagueños y cordobeses entre otros.
Nuestro Valle, con sus minifundios y parcelas de difícil orografía, producen dulces naranjas que se destinan a la industria del zumo, compitiendo con grandes extensiones donde el cultivo está totalmente mecanizado. Una cosechadora como la de la imagen, viene recolectando 30.000 kilos por hora.
Nuestras plantaciones de cítricos no pueden ser eternas, hemos de plantear producir limones o dulces naranjas adaptadas a las demandas del mercado. Con la sostenibilidad por bandera, y ¿Por qué no en cultivo ecológico? Cada vez es más accesible y con más herramientas para el agricultor.
¿Seremos capaces de darle el valor añadido a nuestros cultivos y hacerlos competitivos con las grandes producciones mecanizadas? ¿El futuro agrícola del Valle viene por la búsqueda de nuevos cultivos, o por defender los que ya conocemos: olivar, cítricos u hortícolas y adaptarlos a las demandas del mercado?
Necesitamos que el consumidor reconozca nuestros aceites y cítricos, trabajar redes de distribución que lleven un sello de identidad de nuestro valle. Debemos buscar la sostenibilidad para nuestros productos que tienen ese valor añadido de tradición y exclusividad del Valle, somos aceite lechín, somos naranjas maduradas con la lentitud de nuestras sombras olivareras, somos una zona que tiene sabor a sostenibilidad.