La “Procesión de los Quintos” de Cozvíjar, es probablemente la más madrugadora del Domingo de Resurrección. Se trata de una tradición que ha ido pasando de generación en generación y que encierra una hermosa simbología.
Tradicionalmente, durante la madrugada del Sábado de gloria al Domingo de Resurrección, el Niño Jesús “deambulaba” por las calles del pueblo portado por los chicos que habían sido medidos ese año para realizar el servicio militar. Tal y como explica la concejala de fiestas, Montse Bayo, “este año lo van a llevar tres chicas y un chico que, desde las dos de la mañana estarán preparando el trono para luego procesionar con él hasta la ermita”.
A las ocho de la mañana sale desde la iglesia la Virgen de la Cabeza, patrona de la localidad, que va al encuentro de su hijo que “anda perdido” y al cual encuentra por fin en la puerta de la ermita donde se unen alrededor de una hoguera que encienden para calentar a ambos, que posteriormente regresan juntos hasta el templo.
Aunque los tiempos han cambiado y el servicio militar ya no es obligatorio, desde el ayuntamiento, su concejala de fiestas asegura, que esta tradición no debe ni puede perderse “animaos a la gente joven a que la haga suya y a que participe en esta actividad que siempre se ha llevado a cabo en nuestro pueblo desde los tiempos de nuestros abuelos”, explica Montse que asegura que los dos años de pandemia ha hecho que todo se paralice y por eso probablemente este año no cuenten con la participación de todos los voluntarios que les hubiese gustado, “ para el año que viene haremos hincapié en que la juventud de Cozvíjar se implique, disfrute y participe en nuestra Procesión de los Quintos”.
Este año la Banda del Carmen de Dúrcal será la encargada de acompañar a la Virgen de la Cabeza en su recorrido.