Hace 36 años que se terminó de construir el pantano de Béznar, una obra que borró del mapa a todo un barrio y por el que hasta este 2022 el Ayuntamiento de Lecrín ha estado cobrando un 0,6% a la administración competente. Una situación que es muy probable que cambie, ya que en el último pleno municipal se aprobó una modificación de la ordenanza que obliga a la administración a pagar un 1,3% en lugar de un 0,6% de IBI. Una cifra que representa más del doble de lo que se ingresa. En la misma situación se encuentran los molinos eólicos de la loma de Murchas, de los que hasta ahora también se estaba pagando de menos.
Según Pedro Titos, alcalde de Lecrín, «hasta ahora el Ayuntamiento percibe unos 120.000 euros por ese impuesto, y esa cantidad es muy reducida, ya que al embalse y a los aerogeneradores se les debe aplicar el impuesto sobre bienes especiales». Una subida que hará que Lecrín se ponga al nivel de lo que ya perciben ayuntamientos como El Valle o El Pinar, que sí que contemplan ese 1,3% para estos casos.
Sin duda, esto se traduciría en mejoras para el pueblo, ya que el alcalde de Lecrín calcula que «se podría llegar a 200.000 euros más de lo que se ingresa ahora». Una cifra nada desdeñable para las arcas municipales. «Si se consigue hacer todo antes del 31 de diciembre, ya para 2023 tendremos ese aumento y llegaría el dinero. Si no, para 2024. Pero es un dinero que tiene que ser nuestro», asegura Pedro Titos.
Un aumento de los ingresos que el alcalde explica que se irá asignando a actuaciones concretas en los próximos presupuestos del Consistorio y que sin duda darán una alegría a las cuentas que el alcalde explica que se encuentran en un momento «excelente». «Seguimos con la misma tónica de siempre, con deuda cero, no se ha pedido ningún préstamo y con un remanente de 1.100.000 euros, y los resultados presupuestarios son siempre positivos», subraya Pedro Titos.