Hace unos días que se han iniciado los trabajos de rehabilitación de las Fuentes de Dúrcal. En una primera fase se han llevado a cabo tareas de desbroce, para eliminar la maleza que rodeaba al edificio y se ha pintado para tapar los grafitis existentes. Además, se ha aplicado un tratamiento anti grafitis para prevenir actos vandálicos en el futuro.
Tal y como explica el alcalde de Dúrcal, Julio Prieto “el objetivo es que el agua vuelva a fluir recuperando el agua de la acequia colindante.”
También se va a llevar a cabo la recuperación y adecuación a nivel de jardinería con la plantación de plantas y flores, así como la mejora y la reparación de las vallas y el pintado y arreglo de las rejas exteriores.
“La idea es recuperar el espacio tan emblemático como reclamo turístico por su interés histórico y estético”, asegura el alcalde.
Este lavadero público fue reedificado a mediados del siglo XX, aunque estuvo funcionando muy poco tiempo, ya que en esa época empezaba a canalizarse el agua dentro de las casas y se comenzó a popularizar el uso de la lavadora.
El lavado de la ropa ha sido a lo largo de la historia uno de los trabajos más habituales desempeñados por las mujeres. Hasta la popularización del agua corriente en las viviendas, esta función se desempeñó en las orillas de los ríos, acequias o en lavaderos y fuentes como esta. A partir del siglo XVIII los lavaderos se convirtieron en lugares de trabajo y encuentro de las mujeres. En ellos se fraguaron muchos amoríos, casamientos, leyendas, y cancioncillas que perduran en la memoria popular.