Hace unos días el Gobierno central anunció la apertura del plazo para la solicitud de ayudas por parte de los ayuntamientos afectados por el incendio que se produjo en Los Guájares y el Valle de Lecrín que ya había declarado como catastrófica.
El incendio arrasó 5.504 hectáreas en los términos municipales de Los Guájares, El Pinar, Albuñuelas, El Valle y Vélez de Benaudalla. Los alcaldes de los municipios afectados han manifestado su disconformidad con las ayudas anunciadas por el Gobierno central de 2,5 millones de euros para hacer frente a daños en las infraestructuras municipales y red viaria provincial. Aseguran que las ayudas tan sólo cubren el 50 por ciento del coste total de las actuaciones y estos pequeños ayuntamientos no tienen capacidad económica suficiente para asumir el otro 50 por ciento.
Un año después del fuego, la zona afectada por el incendio empieza a respirar con los primeros brotes verdes de pinos, monte bajo y otras especies autóctonas, pero el monte sigue casi desnudo e incapaz de retener el agua de lluvia, de modo que los municipios tienen bastantes problemas en caminos que dan acceso a cortijos, fincas e invernaderos que quedan intransitables cuando llueve, por los regidores de estas localidades, que reclamaban un plan de inversiones «potente» en este ámbito.
El incendio arrasó los tres montes públicos del municipio de El Pinar donde tal y como explica su alcalde, Paco Titos, “el hecho de que las ayudas sean al 50% hace inviable que nos podamos acoger a ellas “desde el ayuntamiento no podemos afrontar económicamente nuestra parte de aportación, por lo consideramos que estas ayudas son una especie de trampa porque somos administraciones pequeñas que no tenemos esa posibilidad”.