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Yolanda Casares: «La visita al colegio Azahar fue todo un regalo para mí»

La escritora durqueña visitó el colegio de Lecrín este 17 de octubre, una fecha muy especial para ella y para todos los escolares

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Escribió Antoine de Saint-Exupéry en El Principito que «lo esencial es invisible a los ojos». El dolor tampoco se ve, y por eso el equipo de profesores del colegio Azahar de Lecrín quiso celebrar este lunes 17 de octubre un acto muy especial. Un día en el que se conmemoraba el Día de las Escritoras pero también el Día Mundial Contra el Dolor. Y como en el Valle de Lecrín tenemos todo lo que podamos imaginar, la escritora de Dúrcal que vino a Lecrín fue Yolanda Casares, autora del libro Mamá tiene una amiga invisible, un exitoso relato que cuenta a los más pequeños cómo es convivir con un dolor crónico, o lo que es lo mismo, con Dolores Lolita Lola.

Cuenta Pepa Redondo, profesora y directora del colegio Azahar, que eligieron a esta escritora porque «para este curso escolar tenemos planeado un proyecto a nivel de centro titulado “Azahar Directo” (queremos que se convierta en algo parecido a lo que es el programa Andalucía Directo). Con este proyecto pretendemos trabajar actividades que exijan la búsqueda de información, consultar distintas fuentes, textos de diferente naturaleza y enseñar a nuestro alumnado a aplicar estrategias de búsqueda y acceso a la información. Para practicar la entrevista (y así mejorar la expresión oral y corporal) el alumnado de 2º de ESO (al que le ha tocado investigar sobre el pueblo de Dúrcal) preparó unas preguntas que muy amablemente Yolanda Casares nos contestó».

Además de los de ESO, los demás alumnos también pudieron estar con Yolanda Casares. De hecho, la escritora recibió una calurosa bienvenida en la entrada principal del centro, y todos tenían puesto el lazo verde como el personaje de su cuento. «Después de este primer recibimiento, por ciclos el alumnado pasó por biblioteca para tener un encuentro más cercano con la escritora. Yolanda nos deleitó con su dulzura a la hora de contarnos y leernos su libro, que para ella surgió como una necesidad para que sus familiares entendieran su situación pero que ha logrado superar todas sus expectativas, y con el que está ayudando a muchas personas que sufren un dolor invisible», cuenta Pepa Redondo.

Una experiencia que para Yolanda Casares fue muy emotiva. «La visita al colegio El Azahar fue todo un regalo para mí. Me sentí querida y arropada desde que entré al patio, puedo decir que fue la visita al cole soñada por cualquier escritor de cuentos infantiles», cuenta la escritora, que se mostró encantada con los alumnos y los maestros en todo momento. «Es un cole muy vivo. Se nota que los maestros que trabajan en él conservan parte de su niño interior y por eso conectan muy bien con su alumnado. Les gusta su trabajo y eso se nota. Vi niños motivados, alegres e ilusionados. Me contaron los talleres que habían llevado a cabo para preparar la visita. Los pequeños de tres años confeccionaron un libro que guardaré como un tesoro con la versión de cada uno de Dolores Lolita Lola. Tanto el profesorado como los niños forman un cole de 10», asegura Yolanda Casares.

Durante la visita fueron muchos los que les contaron a Yolanda Casares cómo se sintieron en momentos que también tuvieron dolor o bien hablaron de algún familiar que lo padecía. Un acercamiento necesario a este hecho para que los menores puedan comprender cómo se puede sentir una persona con dolor crónico. «Sentí que se pusieron en la piel y en los zapatos de mi niños. Todos me preguntaron si mis hijos ya comprendían mi enfermedad. Para ellos era importante saber si mis hijos ya me comprendían y cómo estaban y como estábamos nosotros, la familia entera. Transformar algo tan duro y doloroso en algo bueno como es un cuento y que pueda ayudar a otras familias es algo que destacaron para animarme. Y lo consiguieron. Salí del cole con un chute de energía positiva», explica la escritora durqueña.

Una nueva ventana de realidad para los menores, ya que muchos de ellos son conscientes de qué es el dolor, haciendo visible lo invisible. Porque como dice Yolanda Casares, «antes solo teníamos cuentos de princesas. Ahora gracias a Dios hay cuentos para casi todo. Y todos los libros que ayuden a los niños a comprender realidades, que ayuden a superar miedos, que despierten su empatía y aumenten su inteligencia emocional son libros que merecen la pena y vienen a sumar».

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