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El Arzobispado de Granada pide «la colaboración de todos» para la rehabilitación de la iglesia de Talará

Desde la institución aseguran que mientras el templo esté cerrado, los fieles pueden acudir a otros lugares de culto

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No hay fecha y ni siquiera se atisba en el horizonte. Todo apunta a que la iglesia de Talará seguirá cerrada a cal y canto ya que desde el Arzobispado de Granada no se da otra opción. Fuentes de está institución han señalado a El Comarcal de Lecrín que «la actual situación de pandemia y la falta de financiación nos impide señalar una fecha de ejecución» y por tanto, «finalización de las obras».

Cuando ya han pasado tres años desde el cierre del templo talareño, desde el Arzobispado de Granada aseguran que «es necesario un montante económico para afrontarlo del que no disponemos», hecho, sostienen desde la institución, «que se ha visto agravado por la pandemia». También explican que en un primer momento el proyecto de ejecución se retrasó por el fallecimiento del primer arquitecto del Arzobispado, un hecho trágico que ocurrió hace varios años, y por el que hubo de hacerse un proyecto nuevo.

Al no disponer de dinero en la actualidad, desde el Arzobispado piden ayuda a todo aquel que pueda colaborar con la rehabilitación de la iglesia. «Necesitamos financiación para sacar adelante la rehabilitación de esta iglesia y la colaboración de todos para lograrla», afirman desde la institución.

También invitan a los fieles a que mientras el templo esté cerrado, acudan a otros lugares de culto como la ermita del Santo Cristo del Zapato o la iglesia de Mondújar, que señalan se encuentran «muy, muy cerca de Talará», y afirman que entienden «el cariño de las personas por su templo».

Algunas de esas personas son las que forman parte de la Hermandad de la Purísima, institución que está batallando con la intención de que la iglesia sea remodelada. Preguntada sobre la versión del Arzobispado, desde la Hermandad aseguran que «el pueblo no entiende esta postura y el no querer escuchar su propuesta de que sea el pueblo y la hermandad quien se encargue de la financiación económica».

Mientras tanto, los fieles siguen rezando a la intemperie para pedir que comiencen las obras. Cada domingo son decenas los fieles los que se unen para llamar la atención sobre el cierre de un templo ya en el que hace tres años no entra la luz del sol. Hasta hoy, los llamamientos de la Hermandad de la Purísima y de la población en general no parecen haber llegado hasta el Palacio Arzobispal de Granada.

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