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“En todas las obras te dejas un pedacito de ti”

En la Avenida de Andalucía de Padul nos encontramos con el taller de Pilar Casares, restauradora con una enorme trayectoria profesional a sus espaldas.

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La imagen de Santa Ana para la iglesia de Ayerbe en Huesca, la ermita de Alcolea en Almería o la reciente restauración de la talla del Crucificado de Padul, entre otros, avalan el minucioso y delicado trabajo que realiza.

Imagino que, aparte de la experiencia y la profesionalidad, la paciencia y la constancia juegan un importante papel a la hora de restaurar, ¿no?

Efectivamente, la paciencia es un factor importante a la hora de restaurar, pero a parte de eso y la constancia, yo destacaría más que es un trabajo minucioso, delicado y de mucho mimo. Hablamos que trabajamos con obras de mucha antigüedad, historia y de un valor, a veces, incalculable, por lo que el cuidado y delicadeza juegan un papel fundamental.

Uno de tus últimos trabajos realizados ha sido el de la restauración de la imagen del Crucificado de Padul ¿Cómo ha sido todo el proceso?

Ha sido un trabajo muy gratificante, tanto a nivel personal como profesional y es que una obra del siglo XVI y con esa calidad, es todo un privilegio para cualquier restaurador. Ya llevábamos estudiando la obra desde un poco antes de la pandemia, donde ya se empezaban a percibir algunos daños en la policromía. El proceso que se ha llevado a cabo en la obra, ha sido conseguir una estabilización de la policromía que en algunas partes se estaba empezando a desprender. Pero lo más sorprendente ha sido cuando se procedió a la limpieza de la obra, donde el paño de pureza del cristo presentaba un barniz muy oxidado y amarillento ocultándose unos esgrafiados maravillosos bajo ese viejo barniz. Un paño donde cabe destacar la profesionalidad que tuvieron tanto el escultor Pablo de Rojas al realizar la talla como al policromador Pedro de Raxis. En esa limpieza además de recuperar el esplendor del paño con sus dorados, se han podido ver como la policromía del Cristo a ganado en color, donde los golpes, sangre y moratones han vuelto a resaltar dando el realismo que tuvo la obra al principio.

Al contrario de lo que muchos pensamos, conservación y restauración son dos conceptos diferentes, ¿no?

Son dos conceptos diferentes pero van unidos de la mano. El objetivo principal de la restauración es que la obra perdure en el tiempo, por lo que se debe conservar con unos parámetros adecuados para dicho fin. Si no hay una buena conservación, difícilmente encontraremos una obra que no tengamos que restaurar. Por lo que es complicado, separar una de otra. Hay que tomar conciencia del valor que tiene nuestro patrimonio y hacer todo lo posible para conservarlo.

También realizas cursos de restauración de muebles antiguos.

Sí, ya llevamos un año restaurando y dando una segunda vida a los muebles. Hemos hecho verdaderas maravillas de muebles recogidos de la calle y de nuestras casas. Están aprendiendo desde lo básico, no se requiere conocimientos previos para poder apuntarse, ya que allí, según sea el mueble, van aprendiendo a restaurarlo. Desde encolar patas, quitar barnices estropeados, tratar insectos y pintarlos. Ahora para el mes de mayo tengo preparados otros más específicos como serán cursos de dorado, de taracea, rejilla aplicada al mueble y policromías sobre dorados. Mi objetivo, es seguir conservando las técnicas tradicionales que se están perdiendo poco a poco y cada vez hay menos artesanos que las realicen.

¿Con qué trabajos de restauración de los que hayas realizado te has sentido más orgullosa?

En todos, son trabajos donde pasas tantas horas con ellos que puedes verlos hasta con los ojos cerrados. Hay esculturas que se quedan grabadas en la mente. Tengo especial cariño a una Santa Ana que restauré para la Iglesia de Ayerbe en Huesca del siglo XVI y un San Ginés del siglo XI. Restaurar la Ermita de Alcolea, en Almería, fue otro reto monumental, donde se limpiaron y restauraron todas las fachadas (principal, laterales y trasera) además de sus cornisas. Y como no, el dorar los pasos de Semana Santa de Padul, cómo fueron el de la Hermandad de las Tres Caídas y el de la Hermandad de San Juan. En todas las obras te dejas un pedacito de ti y de verdad que se siente mucho orgullo, ver que gracias a tu trabajo, esas obras que estaban tan deterioradas vuelven a relucir y perdurar en el tiempo por muchos años más.

¿Dónde se encuentran el taller y dónde pueden buscar información los interesados en saber más sobre tus trabajos?

Mi taller lo podréis encontrar en Padul, en Foto&Arte, en la Avenida de Andalucía número 88, donde estaré encantada de recibiros.

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