Era su obligación, pero la cumplieron con creces. Pepe Díaz alcalde de Albuñuelas acogió en su pueblo el puesto de mando avanzado el viernes a primera hora, llevaba toda la noche sin dormir porque el jueves, día en el que se originó el incendio, la pasó junto a los bomberos que se desplazaron para estar preparados en el caso de que el fuego avanzase y pudiese llegar al pueblo. “No es probable que el fuego llegue al pueblo, las llamas distan algo más de dos kilómetros de la localidad, pero aun así habrá que estar preparados, la noche va a ser larga” declaraba a El Comarcal cerca de las diez de la noche de esa primera jornada.
Una vez que los profesionales del INFOCA “desembarcaron” en el descampado de Albuñuelas no se retiró prácticamente ni un minuto del puesto durante los cuatro días que permaneció allí hasta que se trasladó a la presa de Rules.

Junto a él, su concejala Lucía Moreno, encargada y preocupada y ocupada constantemente en las tareas de intendencia, llevando y trayendo bocadillos, agua, dulces, café y cualquier cosa que le demandaran en esta vorágine.
Paco Titos, alcalde de El Pinar, veía con sus propios ojos como una lengua de fuego devoró en pocos minutos parte de la sierra de su municipio, el video que envió a El Comarcal atestiguando este momento tiene más de y 8.000 visitas en You Tube.
Inquieto, preocupado y activo, de noche y de día, acompañado por sus dos escuderas, Alba y Mercedes, Paco recorrió los caminos, ordenó poner a salvo la imagen del Santo Cristo del Zapato a primera hora del viernes, estuvo junto a los vecinos de Izbor en la noche más larga y terrible que el pueblo recuerda haber vivido. El alcalde no paró ni un solo minuto de luchar en la medida de sus posibilidades para que el fuego no alcanzase su ermita, santo y seña de Pinos del Valle, continuamente al habla con los técnicos del INFOCA atento a cualquier novedad.
A Sandra García, alcaldesa de El Valle, su baja maternal no le frenó para estar junto a sus compañeros desde el principio. Cuando aún el fuego no había alcanzado a su municipio ayudando en todo lo que se la ha necesitado. Una vez que el fuego alcanzó al monte de “sus pueblos” su angustia la empujó hacia adelante estando al tanto de todo, al habla con todos, atendiendo a sus vecinos y vecinas, dándoles a veces el aliento que a ella le faltaba.
